Demetrio es un arbol al que le gusta jugar
pronto una niña lo vendrá a buscar,
cuando ella lo ve lo quiere abrazar
Demetrio se alegra e invita un zorzal.

La niña y su madre se ponen a hablar
¡oh, mamita linda no se que esperar!
amo a ese arbol, no lo quiero alejar
lo tomare de una rama y tendremos una aventura lunar.

Cuando vuelva madrecita tu me diràs:
Mi linda hijita, manzanas de tu pelo saldrán
y tu corazón de sandia se pondrá,
por ultimo un huerto en familia cosecharán
con tu hijo zapallo y la pequeña azafrán.

Las aberturas chupan las nubes grises que se acercan
torbellinos rompiendo con toda estructura humanamente maniobrada
todo responde a una naturaleza que cursa sin medidas.

El cuerpo es un rompe olas,
¿Cuanto puede durar así?
¿Cuanto puedo durar así?

Lo que un suave viento puede erizar la piel
y correr el pelo de nuestra frente
junto a un suave beso de mamá.

No se hace nada
ni se quiere realmente
todo es natural e infinito.

Uno eligiera la pasta carnosa que lleva dentro
con todos sus componentes extra ordinarios y extra insolentes
muertos, humillados, indecisos!

Cabe Dios en qué cabeza floja!

Santificar la esperanza de poder,
ser un dueño permanente de las riendas del cuerpo

Cuando va ser nuestro tiempo!
volveremos a pensar mejor
comer mejor
beber mejor

amar mejor.

Nada se termina de dibujar
Hoy volamos en bicicleta hasta la cumbre
de lo invisible

Me puedo sorprender aun
de cositas tan chiquititas
que no se pueden borrar ni atascar con papeles
continua siendo
siempre fue
mia

a veces si,
un sueño rodea
con su pintura transparente
algo que
frecuentan todos nuestros ojos
penetra el fondo
de algo por supuesto
infinito

No corten el apego
del gesto que complace
llevalo siempre bien puesto
en el ombligo mas secreto
el ombligo que rebota.

tanto así
que nos gusta la noche
sobre todo como piensa
todo durmiendo y encantado
de una sombra pálida y sonriente

l jugo de nuestra eternidad

Puedo sentir nuestra adolescencia,
aqui
alargandose con notas musicales
una cosita borrosa bien colorida
nos gusta aun
y nos volverá gustar por la misma
misma condición que nos crece el pelo
y tu ni te lo cortas