Tenía tres senos
los dos extremos eran redondos y grandes como jugosos melones maduros
el tercero era pequeño como una mini mandarina o una pelotita de tenis que se escondia de algun partido,
era una pena tan grande que casi se desprendia de su pecho.
Era una conjunción de atomos tristes , un club suicida
una pena redonda.
Del pezón se desprendía leche negra, esta mujer era nodriza de todos mis miedos.
Leí esta página,
ResponderEliminarhasta abajo.
El café con leche que se hace con esa leche
sigue siendo café oscuro
como la mezcla del café
con tal negro
de la leche.
Hay que morderle el pecho
y tragárselo,
para que sea una hembra
de verdad.
Wena wena
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